
Los quince y los dieciocho, los dieciocho y los veinte... Me voy a cumplir los años al fuego que me requiere, y si resuena mi hora antes de los doce meses, los cumpliré bajo tierra. Yo trato que de mí queden una memoria de sol y un sonido de valiente. Si cada boca de España, de su juventud, pusiese estas palabras, mordiéndolas, en lo mejor de sus dientes: si la juventud de España, de un impulso solo y verde, alzara su gallardía, sus músculos extendiese contra los desenfrenados que apropiarse España quieren, sería el mar arrojando a...
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