jeudi 3 mai 2012
JOSE HIERRO- UNA TARDE CUALQUIERA
Yo, José Hierro, un hombre como hay muchos, tendido esta tarde en mi cama, volví a soñar. (Los niños, en la calle, corrían.) Mi madre me dio el hilo y la aguja, diciéndome: «Enhébramela, hijo; veo poco». Tenía fiebre. Pensé: —Si un grito me ensordeciera, un rayo me cegara… (Los niños cantaban.) Lentamente me fue invadiendo un frío sentimiento, una súbita desgana de estar vivo.
Yo, José Hierro, un hombre que se da por vencido sin luchar. (A la espalda llevaba un cesto, henchido de los más prodigiosos secretos. Y... [Lire la suite]